Gracias al apoyo de ayuntamientos como el de Basauri, y otras entidades colaboradoras, medicusmundi bizkaia continúa trabajando para movilizar a las comunidades y autoridades político-administrativas contra la Violencia Sexual Basada en el Género (VSBG), y toda forma de discriminación contra mujeres y chicas, tanto en el Sur como en el Norte.
El Congo Central es una de las zonas con mayor índice de violencia sexual de la República Democrática del Congo; un país donde el conflicto armado ha sido ininterrumpido en los últimos 20 años y donde ya han muerto más de 6 millones de personas, generando una situación de vulneración de los DDHH. En este contexto, la violación como arma de guerra para aterrorizar a la población civil ha estado presente en todo momento, aunque la violencia y la discriminación contra las mujeres es una realidad social en el país, más allá de la propia guerra.
medicusmundi bizkaia lleva trabajando en el país Africano desde 2004, desarrollando diferentes proyectos relacionados con la alfabetización funcional, la lucha contra la pobreza mediante la puesta en marcha de actividades generadoras de ingresos y contra la malnutrición, a través de la mejora del acceso al agua potable, la higiene y el saneamiento, tanto en el medio comunitario como en el hospitalario.
«la violencia de calle en los países con mayor índice de homicidios por habitante tapa en muchos casos la violencia de género»
En 2011 se empezó a trabajar en el ámbito de los Derechos Sexuales y Reproductivos con mujeres de zonas rurales del Congo Central, especialmente en los territorios de Kasangulu y Madimba, zonas de salud de Masa y Sona Bata.
La intervención de medicusmundi bizkaia en este ámbito, se basa en el marco existente en el país, integrando a actores implicados en cuestiones de género, basándose el trabajo en red y la sensibilización a nivel comunitario. Para ello, los diferentes proyectos realizados tratan de movilizar a las comunidades y a las autoridades político-administrativas en la lucha contra la VSBG.
Los proyectos desarrollados apoyan el fortalecimiento de Sistema Público de Salud, para así garantizar un tratamiento adecuado a las víctimas de la violencia sexual e introducir a las a las mujeres de la zona el acceso a la Salud Sexual y Reproductiva. En los proyectos también se trabaja contra la estigmatización que sufren las victimas por parte de su familia y la comunidad, así como garantizar su reinserción socio-económica.
Desde Basauri también
«El cuerpo de la mujer es un territorio de control; la violencia está totalmente naturalizado: matrimonios concertados, acuerdos amistosos en casos de violaciones, negación de a la atención sanitaria…», comentaba Marian Sanz, responsable de cooperación en la RDC de medicusmundi bizkaia, durante la jornada informativa que se realizó el 22 de noviembre en Marienea Basauriko emakumeen etxea.
Gracias al apoyo del ayuntamiento de Basauri, medicusmundi bizkaia podrá dar continuidad a estos procesos que tienen por objetivo movilizar a las comunidades y las autoridades político-administrativas de Masa y Sona Bata, en la lucha contra la violencia sexual.
Esta actividad se realiza junto a la contraparte Jeunes Paysans en Action (JPA), organización conformada por mujeres supervivientes de violencia sexual, que además de colaborar en la identificación de los casos de VSBG no denunciados o denunciados pero no atendidos.
A pesar de la dura situación de la mujer en el país, Sanz contó que se están dando pasos para mejorar la situación «poco a poco el marco legal va dando protección a las víctimas, mediante diferentes estrategias, pero el contexto cultural y social suponen un gran obstáculo».
«En mis valoraciones de riesgo trabajamos con los datos clínicos, que nos permiten acceder a la historia clínica de las víctimas y los agresores»
Durante este encuentro en el que además de explicar cómo es la situación de la violencia contra las mujeres en el país africano, también se contó con la participación de Ana Abasolo, médico forense del Instituto Vasco de Medicina Legal. En su intervención, Abasolo expuso el procedimiento que siguen las instituciones a la hora de identificar y tratar casos de violencia contra las mujeres en Euskadi.
«La violencia física es la más fácil de detectar, porque se ve, pero el problema está en las formas más oscuras, porque muchas veces no se ven a primera vista, como la violencia económica», explicó Abasolo en su intervención, haciendo referencia a las labores que realizan.