Debido al impacto del cambio climático, Ruanda ha experimentado una modificación de los patrones de las estaciones y un agravamiento de sus consecuencias: ahora las temporadas de fuerte sequía vienen seguidas de temporadas de lluvias intensas caracterizadas por vientos violentos y las lluvias torrenciales que provocan cada vez más desastres y situaciones de emergencia entre la población.
La temporada de lluvias de este año ha provocado numerosas inundaciones y desprendimientos de tierra que han causado entre otras, fallecimientos y personas heridas, pérdidas y destrozos de viviendas, mermas en los campos de cultivo y en la producción ganadera. También ha supuesto cortes en el suministro eléctrico y el agua, lo que también conlleva un potencial aumento de enfermedades transmitidas por el agua y enfermedades vectoriales.
En la noche del martes 2 de mayo y la madrugada del 3 de mayo, un total de 130 personas[1] han perdido la vida en todo el país, después de que un aguacero devastador causara inundaciones y desprendimientos de tierra. Rubavu, Karongi, Rutsiro, Nyabihu y Ngororero fueron algunos de los distritos más afectados en la zona inundada.
Las últimas cifras indican que 77 personas han resultado heridas, 36 han sido trasladadas a centros médicos y hay 5 personas desaparecidas.
En lo referente a los daños a infraestructuras se han registrado 5.174 viviendas afectadas por las fuertes lluvias, entre ellas y 2.510 se encuentran en estado de riesgo de derrumbe. En total, 17 carreteras y 26 puentes afectados, así como los sistemas de abastecimiento y tratamiento de agua.
Más de 1.500 personas han sido evaluadas y realojadas en iglesias, escuelas o alojamientos improvisados entre el vecindario.
Algunas de las acciones de emergencia realizadas por el gobierno han sido:
- Entierro de 74 personas, el resto están en morgue.
- Evacuación y acogimiento temporal de personas afectadas.
- Retirada de escombros de 5 carreteras nacionales para garantizar la accesibilidad.
- Distribución de ayuda de emergencia: alimentos, kits higiénicos, ropa de cama y set de cocina.
- Disposición de camiones cisterna para el suministro de agua.
Durante varios años, medicusmundi y ARDE/KUBAHO han estado apoyando a las personas y familias afectadas por las lluvias torrenciales en diferentes zonas del país. Todo ello con la ayuda del Fondo Alavés de Emergencia y el Ayuntamiento de Muskiz.
Necesidades detectadas las familias afectadas.
- Escasez de alimentos.
Tienen dificultades para acceder a fuentes seguras de alimentos que garanticen una alimentación adecuada y equilibrada.
Es necesaria la distribución de kits de víveres adaptados a sus necesidades nutricionales y gastronomía oriunda: arroz, harina de maíz, aceite, alubias y azúcar.
- Escasez material.
No cuentan con ítems básicos que garanticen la cobertura de necesidades básicas y la higiene.
Es necesaria la distribución de colchones, mantas, esterillas, toallas y ropa.
- Resguardo de la intemperie.
Es necesaria la distribución de materiales de construcción y asistencia en la rehabilitación de viviendas.
- Carencias en la higiene y saneamiento, así como aumento de enfermedades transmitidas por el agua.
Es necesaria la rehabilitación de la cadena de suministro de agua y la asistencia en servicios WASH, al menos en los lugares de acogida.
- Vulnerabilidad de la situación de riesgo de mujeres y niñas.
Aumento de las violencias específicas y violencias hacia mujeres y niñas afectadas por las lluvias.
- Deterioro de los servicios educativos para menores y jóvenes en edad escolar y de los servicios de atención sanitaria.
Es necesaria la rehabilitación de infraestructuras afectadas y distribución de suministros para el correcto desempeño de sus funciones.
- Evacuación de las personas y familias que todavía residen en zonas consideradas de alto riesgo.
[1] Localizadas en los Distritos: Rubavu (26), Rutsiro (27), Karongi (16), Ngororero (23), Nyabihu (18), Musanze (5), Gakenke (2), Nyamagabe (2), Burera (8), Gicumbi (3)