Boubacar Diouf, de la asociación en apoyo a manteros y vendedores ambulantes de Bizkaia, Mbolo Moye, habla del aumento del racismo y abuso policial en las calles de Bilbao.
Garazi Basterretxea Barea Pikara Magazine
Mbolo Moye Doole significa “la unión hace la fuerza” en wolof, una de las lenguas que se hablan en Senegal, y es también el nombre del colectivo de manteros y vendedores ambulantes de Bizkaia, al que pertenece Boubacar Diouf desde 2017. Tras trabajar durante 12 años en un barco de pesca de arrastre en Senegal y perder su trabajó en 2012, migró a Euskal Herria y trabajó vendiendo en las calles de Getxo y Bilbao durante siete años. En el tiempo que lleva en Mbolo Moye Doodle ha encontrado una red para afrontar el racismo estructural del día a día.
¿Cómo es el día para las personas que trabajan vendiendo en las calles de Bilbao?
Últimamente la cosa está un poco complicada porque siempre está la policía detrás, la policía municipal sabe concretamente los sitios donde ponen la manta y siempre van. Están siempre circulando por el Casco Viejo: vienen por la iglesia, se paran y van dando vueltas. Y así la gente no puede vender tranquilamente. Cuando llegamos a Europa tenemos muchas dificultades, porque dicen que somos ilegales, no tenemos permiso de trabajo. Sin ese permiso nadie nos puede contratar. Con esta situación lo que tenemos es la calle, por eso la mayoría de los senegaleses cuando vienen usan la calle para sobrevivir, a través de la venta ambulante o top manta. Venta ambulante es cuando los vendedores y vendedoras ofrecen su mercancía en la calle y van de bar en bar, o de pueblo en pueblo. En top manta ponemos los productos a la venta en el suelo, sobre la manta. El colectivo es todo, manteros y trabajadores de venta ambulante. Yo empecé en la venta ambulante por Romo y Las Arenas durante siete meses.
Y luego viniste a Bilbao, al Casco Viejo, ¿no?
Sí, ponía en la manta bufandas y otras cosas, y si veía que no había venta lo cogía y hacía venta ambulante. Más de una vez me he cruzado con la policía y me han cogido mi mercancía. También vendía CDs y paraguas y también me los quitaron. De ahí empecé a hacer venta ambulante con pulseras, carteras, alguna bufanda… Como en la venta ambulante no ocupas el espacio público te ponen menos problemas, pero si te cruzas con la policía también te puede quitar el material.
¿Qué consecuencias trae que la policía os quite ese material?
Compramos al por mayor y vamos vendiendo. Primero ponemos el dinero. Compramos y vendemos, lo que ganamos es para nosotros. Cuando nos quitan el material es una pérdida enorme, porque es nuestro material por el que hemos pagado. La gente a veces juzga muy rápido por ignorancia y nos dice que no quiere comprar por lo que hay detrás y me dice: “Te voy a regalar dinero, pero no quiero comprar”. Yo digo que lo que quiero es trabajar, vender, y que no juzguen o inventen historias. Hay que buscarse la vida, pero es verdad que cada vez la cosa está más complicada. No es fácil encontrar un trabajo y los trabajos que se encuentran son muy precarios. El tipo de trabajo que la gente originaria de aquí no quiere. Muchos de esos trabajos son físicos y dicen que las personas negras somos fuertes y estamos destinadas para ciertos trabajos: la mar, la obra, el campo…
¿Cuándo llegaste a la asociación Mbolo Moye Doole?
Yo llegué a Euskal Herria en 2015 y me acerqué a la asociación en 2017. Era vendedor en la calle y sentí que necesitaba esa red y que yo también quería aportar. La crearon un grupo de manteros que trabajaban aquí. El objetivo era y es luchar y defender los derechos de la gente vendedora Es muy difícil luchar contra las instituciones, pero es necesario defender nuestros derechos y, al mismo tiempo, ver qué salidas laborales podemos tener para dejar la venta en la calle.
El 30 de noviembre de 2024 se celebró en Bilbao una jornada sobre cuidados y una de las la mesas redondas sobre experiencias abordo el tema «Todos los derechos para todes: cuidados y extranjería». Foto: @Bilbobizitzak
¿Qué encontraste en ese espacio?
Una red para afrontar el día a día, porque me consideraban ilegal, no tenía papeles. Encontré un espacio que lucha a nuestro favor y me ha permitido saber un poco más sobre la militancia y mis derechos como mantero. También en un momento queríamos hacer una cooperativa para proporcionar salidas laborales a la gente que trabaja vendiendo en la calle. Al final no lo hemos podido hacer porque no teníamos papeles y administrativamente teníamos que tenerlos. Con la revista Argia sacamos la colaboración de la marca “Inor ez da ilegala” para conseguir financiación. Enn la pandemia creamos una caja de resistencia y la utilizamos para ayudar a la comunidad senegalesa que estaba en situaciones muy difíciles.
¿Cómo es la relación con la gente que habita las calles?
Hay de todo, pero el trato es muy humano con las personas que se acercan que quieren comprar. A veces hay gente molesta que te pregunta el precio e intenta que le cobres menos… Eso cansa mucho, porque en las tiendas no intentan regatear y pagan más. Sienten que tienes que bajarles el precio, como si tuvieran poder sobre ti. También hay comerciantes que, si venden el mismo producto, llaman a la policía. La policía cuando viene suele decir que les han llamado, pero eso no lo sabemos. Desde el Ayuntamiento no quieren que estemos en las calles.Es lamentable lo que están haciendo ahora: te paran, vienen de sorpresa, te quitan las cosas, a veces te llevan, o te agarran y miran en tus bolsillos y te quitan tu dinero, objetos personales… Y se lo llevan. Luego no siempre aparece todo en el informe, ponen el material, pero el dinero no lo ponen. Ese dinero muchas veces no aparece. Eso es un robo y no se justifica. También hay compañeros a los que les han perseguido hasta su casa o hasta el local donde tienen las cosas, para quitárselas.
¿Por qué crees que ahora la represión policial es más intensa?
Ha aumentado desde el 4 de abril del año pasado, tras la trifulca en Abando por la venta de bufandas y camisetas deportivas cuando fue lo de la gabarra. Los manteros quieren sobrevivir vendiendo su material y están en una situación vulnerable: a veces pasa todo el día y no has vendido nada, viene la policía y no le quieres dar tu material, quieres resistir, porque es tu medio de sobrevivir. Ese día pidieron refuerzos, vinieron un gran número de policías. A un compañero, por ejemplo, le pegaron y le rompieron el móvil. A muchos les quitaron sus objetos personales, y, en mi opinión, no tienen derecho a quitarles los objetos ni el dinero. Desde ese día la cosa se ha intensificado, la persecución ha aumentado. A veces vienen automáticamente con fuerza y eso asusta e intimida. Un compañero un día llevaba todos sus ahorros encima casualmente: en su casa no tenía donde dejarlo porque vivía con mucha gente desconocida y no tenía cuenta en el banco, y se llevaron todo ese dinero. A otro compañero entraron en su casa, le rompieron cosas y le llevaron su dinero.
¿Antes esas situaciones, sentís apoyo de la gente que transita la calle?
Hay gente que nos ayuda y dice a la policía que nos dejen trabajar, que a ver si no tienen nada mejor que hacer que perseguirnos. Pero también hay gente que dice que muy bien, que nos quiten todo, que tenemos que pagar las tasas. Hay gente que se arriesga y nos ayuda, o graba… aunque sabe que puede tener problemas. Nosotros nos buscamos la vida, porque llegamos a un sitio que tienes unas leyes que te limitan la vida y el medio de sobrevivir que tienes te lo quieren prohibir, y no hay muchas alternativas. Los europeos tienen otras facilidades para migrar y a nosotros nos ponen muchos obstáculos y queremos sobrevivir. Nos gustaría sentir ese apoyo y esa empatía, que la gente pida que dejen de actuar con violencia hacia nosotros. Porque con otra gente no negra no actúan del mismo modo. Lo hemos visto con la final de fútbol [la Europa League] de los clubes británicos en Bilbao el 21 de mayo, los aficionados montaron altercados y no pasó nada. Las fotos y videos ayudan mucho para difundir en las redes y que la información llegue a más gente. O avisarnos cuando vienen, hacerles perder tiempo o ralentizar el coche. Pero, por ejemplo, Ainara, una chica que intervino para ayudar a un mantero el 9 de agosto de 2023, va a ser juzgada el martes 3 de junio [en el momento de la entrevista el juicio todavía no se había llevado a cabo], le quieren poner una multa de 3.000 euros y casi cuatro años de cárcel. Me pone muy triste eso, porque nos hace sentir que todo es muy complicado y nos hace ver el poder que tiene la policía.
Ainara se enfrentó en 2023 a agentes de la Policía Municipal que actuaron violentamente contra un mantero; el 3 de junio de 2025 se celebró el juicio contra ella en Bilbao y hubo una concentración de protesta frente al Palacio de Justicia. Foto: ESK.
¿Qué respuestas os ha dado el Ayuntamiento cuando os habéis dirigido a hablar?
Con el Ayuntamiento iniciamos unas conversaciones que no llegaron a más; no hay relación. No quieren mojarse en esto. Nosotros también somos de aquí, vivimos aquí y nos deberían escuchar. En general, los manteros cuando llegan tienen muchos problemas con el padrón y con el acceso a la vivienda: es muy caro vivir y hay un racismo inmobiliario enorme, muchas veces solo podemos alquilar a través de gente conocida. Eso dificulta todo y llevamos tiempo pidiendo el padrón social, junto a otros colectivos. Hace unas semanas hicimos Erroldaren Korrika: 700 personas en Rekalde corrimos para reivindicar nuestro derecho a un padrón. Cada vez que se acercan las fiestas de Bilbao hemos intentado tener una reunión con el Ayuntamiento para tener un espacio seguro y tranquilo de venta en esos días de Aste Nagusia o una franja de horarios, porque siempre hay mucha represión policial. Queremos sentir que también somos parte de la fiesta. Después del 4 de abril hemos hecho dos reuniones, para que no volviera a pasar lo ocurrido, pero la represión ha aumentado.
¿En las últimas fiestas de Bilbao también se dieron casos de abuso policial?
El primer día hubo movida y también el último día en el puente del Arenal. La gente vino y nos acompañó a defendernos hasta que la policía se fue. Estuvieron ahí como una hora. Fue muy importante ese apoyo. Desde el Ayuntamiento nos han dicho que es ilegal lo que hacemos y que la policía tiene que hacer su trabajo, pero la gente que trabaja en la calle necesita trabajar para sobrevivir.

Los manteros recibieron el apoyo de Bilboko Konpartsak y otras asociaciones en la Aste Nagusia 2024. Foto: Ecuador Etxea.
Argia. ¿Cómo elegisteis ese lema?
Es una frase que siempre salía y sale. Yo creo que la primera vez que la escuché fue en una manifestación de Ongi Etorri Errefuxiatuak. Todo el mundo debería ser legal. El neocolonialismo, el imperialismo y las fronteras crean las leyes. Estas leyes son muy racistas. En las manifestaciones o si pasa algo ese lema lo suelo gritar muy fuerte, para que llegue lejos, para que la gente sepa que todo el mundo somos iguales y deberíamos tener los mismos derechos, seamos del territorio que seamos. Una vez que una persona entra en un territorio tiene que tener los mismos derechos que aquí. Todo el mundo tiene que tener un techo y no es así. Si no tenemos techo, no tenemos padrón, si no tenemos padrón no podemos regularizar nuestra situación. Son maneras de dejarnos de lado, las instituciones siempre nos dejan al margen, siempre nos quieren identificar de otra manera y dejarnos a un lado del sistema.
Y de las calles.
El Ayuntamiento debería ayudarnos con los padrones sociales hasta encontrar una habitación y empadronarnos ahí. Pero creo que no quieren a los manteros en las calles, por el modelo de ciudad que quieren para Bilbao. Nos dicen que les llaman los comerciantes, pero se han hecho encuestas con la asociación de comerciantes y las respuestas no coinciden con la versión de la policía. Así que no sabemos qué pasa. Bilbao ahora es una ciudad turística, lo vemos todos los días: hay muchos turistas, pisos turísticos… Y eso hace que todo suba: los alquileres y los precios en general. Nos perjudica a los manteros y a mucha otra gente del barrio.
¿Qué redes tenéis con otros colectivos?
Hemos sentido apoyo desde otras organizaciones. Se creóla plataforma Manteroekin Bat a raíz del 4 de abril de 2024. En esa plataforma están, entre otras, Bilboko Konpartsak, SOS Racismo Bizkaia, Ongi Etorri Errefuxiatuak, Emigrad@s Sin Fronteras y bastantes colectivos más que nos muestran su apoyo. Nos gustaría también fortalecer la red con otros colectivos de manteros, como, por ejemplo, el de Barcelona.. En nuestro idioma, el wolof, Mbolo Moye Doole significa que la unión es la fuerza, y es importante eso: unirnos. Tanto entre las personas de nuestra asociación como con otros colectivos.

El 11 de mayo de 2025 se celebró la Erroldaren Korrika a favor del padrón social en el barrio bilbaíno de Rekalde, organizada por la plataforma Errolarik Gabe Izaterik Ez. Foto: Ecuador Etxea.
*Esta es la tercera colaboración entre Pikara y medicusmundi Bizkaia dentro del proyecto «FRENTE A LA VIOLENCIA SIMBÓLICA, MÁS COMUNIDAD: NOSOTRAS, NOSOTROS, NOSOTRES. La violencia simbólica, la violencia más sutil», financiado por la Diputación Foral de Bizkaia.
Fotos:
Cedida
https://x.com/Bilbobizitzak/status/1863267199831396378
https://x.com/ESKsindikatua/status/1929842633112715360
https://www.ecuadoretxea.org/erroldaren-korrika-como-simbolo-de-lucha-por-el-padron-social/