“Nosotras sí tenemos un micrófono, una oportunidad para abrir caminos; muchas veces no es a dónde se lleva un tema, si no el solo hecho de visibilizar un tema; yo agradezco mucho que otrxs bertsolaris hagan eso, entonces, yo trato de hacer mi contribución”, decía Oihana Iguaran la semana pasada, en la previa de la Final del Campeonato de Gipuzkoa. El sábado, tuvieron a seis mil personas en frente, escuchando con atención lo que cantaban; y otras cientas han oído sus bertsos por la televisión, radio u otros medios.
En ese contexto, Ane Labaka y la propia Oihana Iguaran visibilizaron la violencia obstétrica, contribuyeron a la lucha contra la violencia obstétrica. Y cuánto nos alegramos.
Esta fue la situación que le pusieron a Ane Labaka: “Eres periodista: aunque durante 30 años has entrevistado a mucha gente, en la entrevista de hoy se te ha puesto la piel de gallina”. A lo que respondió:
Escucha los bertsos: Ganbara. Ane Labaka. – bertsoa.eus
Tenía a una mujer frente a mi // Y el ambiente se fue evaporando
Nos hemos ido acercando // en muchas entrevistas, te vas alejando
De manera tan natural, desde adentro // Hemos ido tejiendo la conversación
Yo intentando hacer preguntas // Y suavizando las respuestas, en repetidas ocasiones
¿Qué mundo es este? // Me ha salido una lagrima
Porque la mujer me ha hablado // Sin ningún rodeo
Sobre la violencia que se puede llegar a sufrir // En un paritorio
Se me han empezado a estropear // El rímel y el carmín
Hoy, en esta pequeña cafetería // No me cabe el dolor
He hecho el esfuerzo // de escuchar en silencio
Y he pensado “¡ay! Si habláramos // de esto más a menudo”
Es un momento con embrujo // Alegre o crudo
Como periodista, la grabadora // recogerá el dolor del parto
De que yo viví lo mismo // Y no supe ponerle las palabras
Recuerdo en el hospital // Tan aséptico, tan lánguido
La señora ginecóloga, estricta // Me dirigió sus palabras en castellano
Costó, pero al final // Llagó la vida
Hoy, escuchar lo mismo a otra mujer // ha sido tan violento
La condición es callarse // El trabajo es aguantarlo todo
Las mujeres llevamos años // Tratando de cumplir con eso
¿Acaso es el periodismo // Adentrarnos en nuestros dolores?
En cambio, a Oihana Iguaran le asignaron para cantar en solitario el siguiente rol: “Eres una investigadora: la investigación que acabas presentar ha dado mucho de lo que hablar”. Respondió cantando:
Escucha los bertsos: Ganbara. Oihana Iguaran. – bertsoa.eus
Yo quería ser enfermera // Poniendo mis cualidades al servicio de los cuidados
Pero los cuidados siguen siendo // La enésima prioridad
Y como no quería seguir // Discriminando a las personas,
Hice un doctorado y ¡ay!
Los tratos en Osakidetza // No son siempre tan galantes
Han salido los resultados // Y la gente no está tranquila
Hasta hoy no se le había mirado a este problema // O no se le quería mirar
Y qué bonitos son los informes // Remiendos de agujeros
En el departamento de obstetricia // La vida se divide en dos
La recién nacida y la madre // Dos seres a quienes cuidar
Debemos arroparlas
Pero el trato que se les da muchas veces // Envuelve la denuncia
La paciente debería // Poder decidir qué quiere
Dando su permiso, mostrando su voluntad // Y no que se la cortemos con bisturí
Se suele hacer la investigación // Con los datos sobre cesáreas
Pero yo he investigado // Fijándome en el trato a las pacientes
Los datos y los informes // Están en cajones, guardados con llave
¿Qué pasaría si salen a la luz?
Ya ha salido en contra // La primera sentencia
Naciones Unidas ha dado por buena // La primera denuncia
Y yo estoy aquí, atenta // Porque podrían ser más
Dieron muchas claves: que en los paritorios se ejerce violencia, que no siempre se respeta la voluntad de la madre o de las pacientes, que los hospitales y el trato que se ofrece en ellas no son a menudo agradables ni adecuados, que el trato es especialmente importante, que los cuidados no son una prioridad política, que no se le presta atención a este tema, que muchas mujeres no son capaces de verbalizar la violencia que han vivido, que no se habla lo suficiente de violencia obstétrica… Iguaran señaló que este tipo de casos también han llegado a los tribunales, probablemente en referencia al caso de Nahia Alkorta: y es que, su caso es uno de los tres por los que el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) ha condenado al Estado español por permitir la violencia obstétrica. Labaka también hizo públicas otras dos claves: por un lado, cuán sensible es el momento del parto y, por otro, que el idioma en el que se atiende a la paciente no es cosa menor.
Ligado a esto último, dos asociaciones guatemaltecas socias de medicusmundi Bizkaia han elaborado recientemente un estudio sobre la violencia obstétrica que recoge especialmente las vivencias de las mujeres indígenas (se publicará próximamente). En este estudio aparece con frecuencia la demanda de las mujeres mayas de que se las atienda en sus idiomas. Y en relación con la cultura maya, reclaman que a las comadronas, parteras o sanadoras (mujeres con funciones más allá de las de matrona) indígenas se les tenga en cuenta y se las trate mejor en el sistema sanitario público moderno. Creemos que aprender de los conocimientos y vivencias de las comadronas puede resultar enriquecedor también para el País Vasco.
Recientemente, acudimos al tercer congreso Violencia obstétrica, duelo perinatal y salud mental, que organizó la asociación Esku Hutsik en Bilbao. Allí, entre otras, la matrona de Osakidetza Afif Malainin denunció que los paritorios no son siempre lugares seguros para las mujeres migrantes, y presentó varios casos que ella misma había acompañado e investigado. Estitxu Fernandez, El Parto es Nuestro, Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal… no son pocas quienes hablan sobre violencia obstétrica; la violencia obstétrica no es algo nuevo. Pero tal y como se repitió el sábado, queda mucho por hacer. Y medicusmundi Bizkaia, de la mano de nuestras socias guatemaltecas y de los agentes dispuestos a profundizar en este tema en el País Vasco, tenemos la voluntad de seguir trabajando contra la violencia obstétrica.
Para terminar, recordemos que la violencia obstétrica es otra forma de expresión de la violencia machista. Y recordemos la actuación de bertsos que organizamos en Durango hoy hace ocho años en defensa de los derechos sexuales y reproductivos y en contra de la violencia simbólica contra las mujeres: Bertsos contra la violencia machista. En esa actuación tuvimos a la campeona Alaia Martin: ¡Felicidades! Allí tuvimos a Nerea Elustondo, que seguirá difundiendo la voz de las mujeres adultas: ¡Viva! Y allí tuvimos a Miren Artetxe, que junto a Ane Labaka coordinó el libro (Re)pensando el bertsolarismo desde el feminismo. El sábado Aner Euzkitze también nombró Kontrako eztarritik, otro trabajo que analizó el bertsolarismo desde el feminismo. En el bertsolarismo también hay retos y, tal y como cantó Euzkitze, en el bertsolarismo también conviene «pronunciar lo silenciado» y tener en cuenta que «muchas cosas que no se dicen también son verdad».
Estos últimos ocho años, varias cosas han cambiado. Así como al bertsolarismo llegó el feminismo, también han llegado a los escenarios el transfeminismo y la diversidad sexual y de género. Maider Arregi dice que, aunque ahora decir la palabra bollera en un bertso puede parecer hasta un mantra, hace ocho años no era nada fácil; en cambio, está segura de que en los últimos cinco años los aficionados a los bertsos han escuchado conceptos como cuir. De eso también nos alegramos.
El bertsolarismo forma parte de la sociedad en la que vivimos y que el sábado se cantara sobre la violencia obstétrica no ha sido casualidad. Por eso, hay que decirlo: las aportaciones que a menudo nos hacen los, las y les bertsolaris a los agentes sociales son muy relevantes y ¡gracias por ello!